Atrás La ciudad de los barrios altos
Burgos nació en una colina y allí arranca este recorrido que descubre los restos del castillo y las murallas o aquellos lugares donde vivieron personajes señeros de antaño. Caminando advertimos cómo la ciudad ha sabido transformar el paisaje, preservar la memoria y, al mismo tiempo, abrirse a la vanguardia.
1. CASTILLO DE BURGOS
Fue fundado en el año 884 por el conde Diego Porcelos dando origen así a la ciudad de Burgos, que creció en su entorno siendo testigo de algunos de los momentos más trascendentes de su historia. Desgraciadamente, las tropas francesas durante la guerra de independencia volaron el arsenal del castillo, reduciéndolo a las ruinas que se han conservado hasta la actualidad. Como curiosidad, el pozo del castillo, con casi 63 metros de profundidad, es uno de los más profundos de Europa, y cuenta una leyenda que los franceses escondieron un gran tesoro, perdido en la actualidad en la red de galerías que recorren el subsuelo.
2. ARCO DE SAN ESTEBAN
Fue una de las doce puertas de entrada a la ciudad documentadas a mediados del siglo XIII, aunque su estado actual corresponde a una construcción mudéjar realizada por especialistas alarifes de origen islámico en 1372. Destaca por los potentes cubos cuadrados que flanquean su puerta y por su cuidado arco de herradura.
3. CAB. CENTRO DE ARTE CAJA DE BURGOS
En el conocido como “distrito gótico” se encuentra el Centro de Arte de Burgos, más conocido por sus siglas “CAB”. En este novedoso espacio, que ha sabido aunar orgánicamente la arquitectura contemporánea con los edificios históricos que lo rodean, se puede visitar una exquisita muestra de las tendencias de vanguardia del mundo artístico. Por si esto fuera poco, su sofisticada terraza externa ofrece unas perspectivas únicas de la Catedral.
4. IGLESIA DE SAN ESTEBAN Y MUSEO DEL RETABLO
La iglesia de San Esteban es un magnífico testimonio del estilo Gótico, aunque en su interior podemos admirar varios estilos. Se construyó entre los siglos XII y XIV, sustituyendo a una antigua iglesia románica. En su fachada destaca un elaborado rosetón y en el interior el púlpito, el coro y el claustro. Hoy día es una iglesia sin culto ya que en ella se encuentra el Museo del Retablo con obras de gran valor artístico, muchas de ellas de otras parroquias que fueron trasladadas aquí, bien para ser restauradas, bien para ser protegidas.
5. ARCO DE FERNÁN GONZÁLEZ
El Arco de Fernán González, construido por el maestro Juan Ortega de Castañeda entre 1584 y 1587, fue erigido en memoria del conde Fernán González, a instancias del concejo de la ciudad.
Este monumento se levantó sobre el solar donde se ubicaba la residencia de Fernán González en la antigua calle Tenebregosa, hoy día la calle Fernán González.
Es un gran arco triunfal de sobrio estilo clasicista en forma de arco de medio punto flanqueado por columnas toscanas y rematado por varios escudos, con dedicatoria redactada por Fray Luis de León: Año 1592 “A Fernán González, Conde de Castilla, en su tiempo gloriosísimo caudillo, padre de grandes reyes. A tal paisano, en el solar de su casa, con dinero común, se alza este monumento, para la memoria sempiterna de su nombre y la ciudad”.
6. MONUMENTO AL EMPECINADO
Monumento proyectado en 1844 para albergar los restos de Juan Martín Díaz ‘’El Empecinado’’. Fue un afamado guerrillero en la lucha contra los ejércitos napoleónicos y fiel defensor de la constitución de Cádiz. Su emplazamiento actual, en las inmediaciones del arco de Fernán González y del Solar del Cid, transformó la antigua colina donde se había desarrollado la ciudad en un escenario de culto a la memoria y al homenaje a los héroes de tiempos pasados.
7. SOLAR DEL CID
Cuenta la leyenda que en este emplazamiento se encontraba la residencia del Cid, el cual debido a su mal estado de conservación tuvo que ser derribado y en 1784 se construyeron tres estelas conmemorativas con los escudos de Burgos y de San Pedro de Cardeña.
8. ARCO DE SAN MARTÍN
Fue una de las doce puertas de entrada a la ciudad, y como la de San Esteban, obra llevada a cabo por expertos “maestros moros” en 1372. Destacan sus cubos circulares, su arco de herradura, y la fábrica mixta de ladrillo y piedra. Durante muchos siglos, por ella entraron a la ciudad los reyes, tras jurar sus fueros y privilegios, siendo sustituida en tal función por la de Santa María. Y por ella abandonaban Burgos los peregrinos que, en pos de la tumba del Apóstol, se dirigían hacia el Hospital del Rey.